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 La estructura de la sociedad europea es sujeta constantemente a cambios demográficos. Debido a una mayor expectativa de vida y a un descenso en la tasa de natalidad, la edad media de la población europea crece de manera firme, algo que provoca asimismo el envejecimiento de la mano de obra y, probablemente, la consecuente necesidad de una mayor inversión en los Sistemas Nacionales de Salud para hacer frente al aumento de enfermedades en la población. A pesar del desarrollo de la unión Europea como una avanzada Sociedad del Conocimiento con una mayor cohesión social, no resulta extraño encontrar personas mayores que pueden estar definitivamente predestinadas al aislamiento provocado por su deterioro físico o mental. El aprendizaje de las TICs puede facilitar a este grupo de población la posibilidad de un “envejecimiento activo” no sólo (1) mejorando sus redes sociales (grupos sociales, blogs, chats, etc.) y aprendiendo cómo mejorar sus tareas cotidianas (hacer la compra, concertar una cita médica, buscar información general, etc.), sino también (2) desarrollando sus competencias en relación a las TICs para posibilitarles el conocimiento y desarrollo de una nueva organización de trabajo, el denominado “trabajo-e” (trabajo que se realiza desde casa por medio del ordenador), muy útil en especial para facultar a los segmentos más débiles de la sociedad. Podemos citar aquí, como ejemplo de lo que venimos argumentando, a personas mayores que están deseando compartir su experiencia cívica o a trabajadores desempleados o a aquellos de cierta edad y con baja preparación que están deseando retrasar su jubilación llevando a cabo “trabajo-e”.
En internet podemos encontrar fácilmente mucha información relativa al “trabajo-e”, sin embargo muchos de estos segmentos poblacionales podrían verse excluidos de los últimos avances en TICs si no se les guía y apoya sobre cómo acostumbrarse a sacarle el máximo partido a lo que puede ofrecer la red. Además, como las TICs tienen cada vez más relevancia en Europa, en el marco del Programa de la UE para el Aprendizaje durante toda la vida (LLP, acrónimo proveniente de los términos ingleses Lifelong Learning Programme), se promueve el uso de las TICs como un factor determinante para la intensificación de la formación y educación continuas.
El objetivo de promover vidas profesionales más longevas se puede conseguir al aumentar la flexibilidad en la jubilación, retrasar o poner en práctica una jubilación progresiva, y/o combinar jubilación con trabajo (trabajo remunerado o solidario). Esto se puede ejecutar afrontando la división digital de la gente mayor centrándonos en modelos de “Aprendizaje durante toda la vida”, que podría ayudar a los trabajadores maduros a adaptarse a la economía de conocimiento. El aprendizaje adulto responde a diferentes propósitos: personales, civiles, sociales y aquellos otros relacionados con el empleo, contribuyendo, de este modo, tanto al crecimiento en la productividad como a la inclusión social (véanse las Memorias de La Comisión Europea sobre el “Aprendizaje durante toda la vida”). Los trabajadores mayores, no especialmente cualificados, pueden igualmente afrontar la discriminación accediendo al aprendizaje para adultos: las personas de entre 55-64 años de edad se encuentran mucho menos implicados en actividades de aprendizaje, tanto formal como informal, incluidas las actividades de informática para superar la brecha digital.
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